domingo, 27 de mayo de 2012

Capitulo 2o MONTERREY DE MIS AMORES

Capitulo 2o.

MONTERREY DE MIS AMORES

Llegamos a Monterrey y rentamos una casa en la calle Aramberri entre Cuahtemoc y Jimenes, era una casa blanca con bardita pequeña al frente y una reja de adorno no mas alta que yo. entrabas por un pasillo a la derecha y a la izquierda esta la habitación de mi hermano y mía, entrando a la derecha estaba la cocina, grande, enorme y con muebles modernos, la estufa no utilizaba leña sino gas y un gran refrigerador Norge blanco de dos puertas justo frente a la puerta de esta, a la derecha del Norge el fregadero con una ventana al pasillo de la casa ó como se diría , con vista a la pared del vecino. al fondo entrando a la casa un patio grande y una escalera a otra habitación en alto, que no recuerdo para que ó por quien se utilizaba. a la izquierda de la casa viéndola de frente estaba un gimnasio y al frente algunos locales comerciales que vendían frutas y verduras, ya mamá no las sembraría solo tenia que crusar la calle para comprarlas.

El día de hoy 49 años después la casa la ocupa una imprenta y al frente de la que era la ventana de mi cuarto una muestra de invitaciones de boda, quince años, graduaciones, etc. que arrebatan la belleza de la construcción y el gimnasio ahora es una cantina de mala muerta que despide olores fétidos a la calle, sabrá un valiente lo que este dentro de ella.



Tenia 3 años y a unas cuanta cuadras vivía mi "Tía Guera" hermana de mi madre y abogada de profesión quién estaba casada con el tío Oscar, el tío mas divertido y que siempre tenia una anécdota que contar, si no era propia era de alguien más, pero el escuchar sus historias una y otra ves era sumamente divertido y el gozaba haciéndolo, bueno como era el tío Oscar que le apodaban "El veneno" y el lo decía con orgullo jactándose de ello, pero era un veneno sumamente simpático y amigos, le sobraban, de joven había sido un gran deportista y tenia fotografías de el vestido de uniforme de futbolista donde había querido hacer carrera pero una lesión se lo había impedido y termino de abogado, ella vivía sobre lo que hoy es la avenida Cuauhtemoc  literalmente en medio de la calle en esa época ya que años mas tarde derribarían gran parte de esas casa ´para ampliar la avenida para tener el aspecto de hoy en día.

Nuestra casa se encontraba a escasas dos cuadras de la alameda Mariano Escobedo y cerca de la orilla de esta por la calle Pino Suarez y Aramberri una jardín de niños, primeramente se encontraba dando a espaldas de la calle Pino Suares una concha pintada de azul, donde se realizaban los festivales escolares del jardín, y frente a esta a la derecha unos cuantos salones de clases teniendo en medio el patio y a la derecha de la concha otro edificio con los baños y la dirección de la escuela. Ahí fue donde mi mamá me ingreso para iniciar mi preparación académica, sumada a la gran cantidad de libros propiedad de mi padre que teníamos en casa y a las novelas de misterio de Agatha Christie de mi madre. Agatha Christie una escritora inglesa que escribió 79 novelas de misterio en su vida daban a mi madre tardes de regocijo pero las leía como quien bebe agua en el desierto y esperaba impacientemente que saliera el nuevo libro par ir a comprarlo de inmediato a la librería del Sanborn´s en el centro de monterrey en la calle morelos, tan habida lectora que el primer ejemplar se lo guardaban a ella que lo adquiría de inmediato al día siguiente de haberlo desembarcado. El personaje principal de Agatha Christi fue Hércules Poirot y hasta hoy es el héroe de mi madre que lo ve una y otra ves en los programas de televisión que realizo la BBC dando vida a las aventura de este investigador.

Pues como les contaba mi primer escuela fue el jardín de la alameda y aún y cuando me ingresaron a el ya iniciado el ciclo escolar mi memoria va al haber escondido en un rincón de la concha azul del jardín unos cuantos colores en una bolsa de plástico,por la simple flojera de no cargarlos, y me dije, mañana los tomo de aquí , quien va a buscarlos n este rincón. ó sorpresa mía al día siguiente que no encontré los colores y no comprendia como alguien los había tomado, pero la respuesta estar en que probablemente alguien me vio ponerlos ahí y los robo, así que el robo y la falta de valores es cosa de toda la vida en todas las épocas, algo tan natural como la vida misma.

La fiesta de primavera, como hoy se celebra con una fiesta de disfraces, mi cara se ilumino cuando la maestra lo menciono y al llegar a casa le dije a mi madre, que quería disfrazarme de Batman, ser el eencapotado, con su traje gris y su cinturónn amarillo con una serie de habitáculos con cosas maravillosas seria lo mejor que podría pasarme en la fiesta de disfraces, imaginaba las botas, todo era magnifico. El pequeño problema al que se enfrenta cada niño es que el presupuesto no depende de el sino de los padres y de las nececidades de la casa no de los deseos de un niño quee en realidad solo quiere satisfacer el momento (bueno, y unos ratos a solas no estarian mal usando el disfraz de batman); el presupuesto no contemplaba a batman y mi madre me dijo que no me preocupara que yo tendría disfraz para la fiesta. no podía dormir de la emosión y solo pensaba en todas las aventuras que tendría con el traje magico que tendría en unos dias.
Al llegar la fecha esperada despierto muy temprano y voy con mi madre quien ya estaba en la cocina y le pregunto por el disfraz, era temprano pero que mejor si ya me lo probaba para verme en el, yo no correría y me quedaría en mi cuarto para que nos e ensuciara. Mi madre fue a la mesa del comedor y tomo de ella un traje blanco con algo plateado que colgaba de el, me lo puso y yo preguntaba ansioso sobre el traje del encapotado, al final termine con un traje blanco con un limpia pipas plateado que parecía una cola. mi madre muy contenta me dijo, "no iras de Batman, iras vestido de cocuyo", iré vestido de queeeee? le dije, que es un cocuyo? y que es esto que traigo atraz?, es la cola me contesto, la cola?, batman no tiene cola!!! dije con no niego amargura en mis palabras, un cocuyo es el hijo de las luciérnagas. me tomo de la mano y me llevo al jardín casi arrastrándome. Al cruzar la calle frente al jardín, vi a mis compañeros vestidos de superman, BATMAN!!!!!!, Robin, Flash y otros que ni me acuerdo. todavía tomado de la mano de mi madre se acerco un amigo con un disfraz nuevo de superman y me pregunta, "Y tu de que vienes disfrazado", de cocuyo le conteste, "y que es un cocuyo?, es el hijo de las luciérnagas conteste con rencor!, el resto del día fue la conversación de todos y ya la respuesta me salia en automático. "es el hijo de las luciérnagas", la única variación fue cuando me preguntaban, "y que es una luciérnaga?".

Un día salí de casa solo y entre al gimnasio de junto. El encargado y los hombres que diariamente asistían ya me conocían y como diría un niño, "eran mis amigos". Al entrar al gimnasio a la izquierda casi junto a la entrada tenían un estante de madera donde se encontraban las pesas y mancuernas para fortalecer los brazos y pues resultaban atractivas las más ligeras para jugar un rato pero siendo las mismas por su naturaleza un juguete peligroso para un niño de 2 años. Al tomar una de ellas con gran esfuerzo logre levantarla un poco con mi mano derecha y para ayudarme a levantarla la sujete por debajo con la mano izquierda pero el peso fue mayor la solté y el peso de la mancuerna me aplastó el dedo anular soltando un ruidoso lamento ó un grito de dolor que atrajo rápidamente a todos os presentes, levantaron la mancuerna y mi dedo estaba abierto a la altura de la uña por un extremo, para mi sumado al dolor el ver mi dedo abierto y miman ensangrentada me provocaba el gritar mas fuerte como si entre más lo hiciera lograría que me herida sanara mágicamente. L encarado del gimnasio me envolvió la mano en un pañuelo blanco que rápidamente cambio de color y me llevo con mi madre quien me lavo me regaño por andar haciendo cosas indebidas dejándome claro que la herida me la había causado Dios por desobediente ya que me repetía una y otra vez, “ya ves, Dios castiga sin palo y sin cuarta”, tal vez esa letanía que me seria repetida por muchos años más me atemorizaron a que Dios siempre estaría vigilante, esperando el momento oportuno para enviarme el castigo merecido que tendría que recibir, no puedo negar que más que un dios amoroso yo me tapaba la cabeza por las noches porque no fuese que dios se acordara de alguna travesura y me castigara “como me lo merecía”. Bueno, es el modo que nos aleccionan y el aprendizaje que recibimos, nadie es padre y madre con doctorado y los errores pueden ser muy graves, así como el ser hijo también se aprende a fuerza de prueba y error e igualmente podemos cometer graves faltas por nuestra ignorancia sobre el tema.
Unos días después nos encontrábamos en casa y mi hermano mayor y yo jugábamos en nuestra habitación mientras que papa y Mamá platicaban en la ala de la casa, en eso se detiene un auto frente a la casa y mi tío Luis baja de él y entra rápidamente a casa, habla con mi Papá y este le dice a mamá que iría al estadio a ver futbol porque había partido ese día, mamá con cara seria le contesto, “pues vas pero te llevas a tus hijos”,  Papá puso cara de contento , nos tomo de la mano y nos subió rápidamente al auto de mi tío y fuimos al estadio tecnológico a ver el que sería mi primer partido de futbol.

Ya en el estadio buscamos un lugar en las bancas de madera y nos sentamos, mí tío Luis mi papa su derecha y nosotros en un estadio casi vacío que para nada es una imagen concebible a lo que el día de hoy es el futbol incluso como cultura en la ciudad de monterrey, el estadio con unas grandes tablas de madera a manera de bancas y unos jugadores s en el campo pateando un balón y entonces única la discusión con mi hermano ¿y esto de que se trata?, papá interrumpe la plática con mi Tío y nos dice aahhhhh, el juego de lo que se trata es de patear el balón con los pies sin utilizar las manos y llevarlo hasta e otro extremo de la cancha y meterlo en el arco que ven al final del campo. El único jugador que puede utilizar sus manos es el portero y siempre y cuando no salga del área marcada con cal, ya que saliendo de esa área solo puede jugar con sus pies y ya no puede utilizar las manos. Al final gana quien meta la pelota más veces en el arco del otro equipo.

Mi hermano y yo quedamos perplejos y entendimos de lo que se trataba y pues le comente a mi hermano, “y tú a quien le vas, yo a los de rayas rojas” y me contesto pues yo a los de rayas azules. Los equipos en la cancha eran Los Rayados del Monterrey y Las Chivas del Guadalajara un partido donde el día de hoy no cabria un alfiler en el estadio y en ese entonces primavera de 1963, con Roberto Scarone bicampeón de l copa Libertadores de América como técnico del equipo  el estadio era un lugar donde podíamos correr y jugar subiendo y bajando bancas en el estadio o vacio. Después de unos minuto y ver el juego empecientes, decidimos jugar y pedirle a Papá nos comprara un Hot-dog y un refresco y después de estar nervioso viendo que no sufriéramos un accidente, reo que ya no le quedaron ganas de llevarnos al estadio pero que si bien fue nuestra primer salida en la ciudad como padre e hijos estoy seguro que el la disfruto tanto como nosotros.

Mi hermano mayor entro a la escuela a 1er grado en la monumental escuela piloto José Joaquín Fernández de Lizardi, ubicada en la calle Simón Bolívar y Aramberri a escasa 5 cuadras de la casa.



La entrada de alumnos era por un gran portón metálico por la calle Porfirio Díaz y la escuela era enorme, monumental como le decían; tenía tres pisos y los salones gigantescos con capacidad para más de 50 alumnos. Si el día de hoy los maestros se quejan de la cantidad de alumnos, pienso que si vivieran en esa época la tasa de suicidios en el magisterio seria alarmante. Había 50 grupos divididos en Hombres y mujeres, por lo que igualmente en el recreo el patio estaba dividido por una línea imaginaria que nadie, absolutamente nadie se atrevía a cruzar, la escuela era impresionante y yo ansiaba tener la edad para ingresar en ella.

Recuerdo un día en que mi hermano se levanto gustoso y feliz por qué ese día tendría clases de manera parcial y les presentarían en el auditorio un espectáculo por el que requería 20 centavos para pode entrar a verlo, se baño, se peino y entro a la cocina donde se encontraba mamá lavando unos platos y le pidió los ansiados 20 centavos para pagar la función, Mamá volteo muy seria y se le quedo viendo, lo tomo de los hombros y le grito, “te cortaste las pestañas, crees que no me había dado cuenta, te vas sin dinero para que aprendas a no hacer esas cosas”, a pesar de los ruegos de i hermano mamá lo llevo a la puerta y él se fue llorando desconsoladamente porque no asistiría al festival del que tanto me había hablado; nunca entendí porque Mamá si ya sabía del “grave pecado de haberse cortado las pestañas”, se espero hasta el último minuto para decirlo.

Más tarde decidí salir a caminar y fui a los locales de frutas frente a la casa y platicando con los locatarios me fui alejando hasta que camine varias cuadras y me metí  a la iglesia de “Dolores Perpetuo Socorro “en Ruperto Martínez, cansado por la caminata entre a un confesionario y me dormí dentro de el. Un tiempo después que para mí fue mucho pero tal vez no paso de una hora, Salí del confesionario y el sacerdote me sujetó del hombro derecho y me pregunto si necesitaba algo, nada le conteste ya voy de regreso a mi casa, ve con Dios y ten cuidado, sentí una gran paz mayor a la que sentía normalmente y regrese a casa.

Papá y mamá decidieron un día que era tiempo de cambiar de casa y nos mudamos a una gran casa en la Colonia Vista Hermosa, una colonia en ese tiempo casi a las orillas de la ciudad al Poniente de la ciudad, solo flanqueada por la colonia zapata que esa, era la última colonia de monterrey, colonia construida sobre lo que en algún momento habían sido tierras de labranza, donde los jardines eran frondosos y podías verlo por la tierra negra de esa zona. La casa se ubicaba en la calle Estados Unidos entre prolongación Madero (Hoy Enrique C. Libas) y Panamá; nombre de e calle que siempre llevo a curiosas explicaciones por el nombre ya que al dar el domicilio nunca falto quién quisiera la explicación de porque si vivíamos en Estados Unidos estábamos en monterrey.

Desafortunadamente el llegar a esta casa dio inicio a una infancia triste y de recuerdos amargos que forjaron lo que hoy en día somos, una infancia de encierro obligado y rencores que si bien fueron enseñanza causaron graves heridas que dejaron cicatriz en el alma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario